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  • Un pobre anciano tenía el boleto premiado en una lotería de medio millón de dólares. Al oír que el anciano podría sorprenderse por la sorpresa, se pidió al pastor local que diera la noticia poco a poco. El pastor hizo la llamada de costumbre, y durante la visita preguntó casualmente al anciano qué haría con medio millón de dólares si lo tuviera. El anciano respondió: "Pues le daría la mitad". El pastor cayó muerto.