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El hombre debe ser a la vez más humilde y más confiado; más humilde ante los potenciales destructivos de lo que puede lograr, más confiado en su propia humanidad frente a ordenadores y robots que sólo son motores para simularlo.
El hombre debe ser a la vez más humilde y más confiado; más humilde ante los potenciales destructivos de lo que puede lograr, más confiado en su propia humanidad frente a ordenadores y robots que sólo son motores para simularlo.