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  • Nuestra buena naturaleza y nuestras cualidades entrañables no suscitarán las respuestas a nuestras oraciones. Más bien son nuestros atributos traviesos y deshonestos los que proporcionan las llaves maestras del cielo. Cuando identificamos y trabajamos para transformar nuestras cualidades egocéntricas y características torcidas, la llave gira y las puertas se abren. Las bendiciones y la buena fortuna son ahora libres de llover sobre nosotros.