Hasta ahora es dudoso que todos los inventos mecánicos que se han hecho hayan aligerado el trabajo diario de algún ser humano. Han permitido a una mayor población vivir la misma vida de trabajo penoso y encarcelamiento, y a un mayor número de fabricantes y otras personas hacer fortunas. Han aumentado las comodidades de las clases medias. Pero aún no han comenzado a efectuar esos grandes cambios en el destino humano, que está en su naturaleza y en su futuro llevar a cabo.