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  • Si queremos armonía, paz y alegría sinceras en nuestras vidas, podemos tenerlas, pero debemos estar dispuestos a hacer el trabajo. Debemos dar prioridad en nuestras vidas al mantenimiento de la conciencia de nuestra naturaleza espiritual. Nuestro mundo interior es el artífice de nuestro mundo exterior. No perdemos la fe en la bondad de la vida porque nos enfademos y deprimamos. Nos enfadamos y deprimimos porque perdemos la fe en la bondad de la vida.