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  • A menudo se ha comparado a las personas (un grupo que, en mi opinión, siempre ha atraído una atención excesiva) con los copos de nieve. Con esta analogía se pretende sugerir que cada uno es único, que no hay dos iguales. Es evidente que no es así. Las personas, incluso con la actual tasa de inflación -de hecho, las personas especialmente con la actual tasa de inflación-, son sencillamente una moneda de diez centavos por docena. Y, me apresuro a añadir, su única similitud con los copos de nieve reside en su invariable y lamentable tendencia a convertirse, tras unos días cálidos, en aguanieve.

    Fran Lebowitz (2011). “The Fran Lebowitz Reader”, p.197, Vintage