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  • Como forma de gobierno, el imperialismo no busca ni requiere el consentimiento de los gobernados. Es una forma pura de tiranía. El intento estadounidense de combinar la democracia nacional con ese control tiránico sobre los extranjeros es desesperadamente contradictorio e hipócrita. Un país puede ser democrático o puede ser imperialista, pero no puede ser ambas cosas.

    Chalmers Johnson (2010). “Dismantling the Empire: America's Last Best Hope”, p.34, Metropolitan Books