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  • Nueva Orleans está a metro y medio por debajo del nivel del mar, lo que significa que los agujeros excavados en el suelo se llenan inmediatamente de agua. Los ataúdes se perforaban y hundían con pesos, lo que no impedía que salieran flotando de los cementerios y recorrieran las calles del Barrio Francés en las noches de tormenta. La solución fue enterrar a la gente en la superficie, en lo que se llaman bóvedas.