Existe en la sociedad una clase muy especial de personas a las que siempre me he referido como los Creyentes. Son personas que han decidido aceptar una determinada religión, filosofía, teoría, idea o noción y se aferran a esa creencia independientemente de cualquier prueba que pueda, para cualquier otra persona, ponerla en duda. Son los que alientan y apoyan a los fanáticos y a los farsantes de cualquier época. Ninguna prueba, por sólida que sea, les aportará ninguna iluminación. Son las ovejas que piden ser desplumadas y masacradas, y que lucharán ferozmente para preservar su derecho a ser victimizadas.