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  • En el templo de la ciencia hay muchas mansiones, y ciertamente son diversos los que las habitan y los motivos que los han conducido hasta allí. Muchos se dedican a la ciencia por un sentimiento gozoso de poder intelectual superior; la ciencia es su propio deporte especial al que acuden en busca de experiencias vívidas y la satisfacción de la ambición; muchos otros se encuentran en el templo que han ofrecido los productos de sus cerebros en este altar con fines puramente utilitarios.

    Albert Einstein (2011). “Essays in Science”, p.11, Open Road Media