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De campamento en campamento, a través del vientre asqueroso de la noche,
El zumbido de cualquiera de los ejércitos suena con calma,
Que los centinelas fijos casi reciben
Los susurros secretos de la guardia del otro.
El fuego responde al fuego, y a través de sus llamas de juego
Cada batalla ve la cara del otro.
Corcel amenaza a corcel, en relinchos altos y jactanciosos
Perforando el sordo oído de la noche; y desde las tiendas
Los armeros cumplen con los caballeros,
con martillos ocupados cerrando remaches,
dan espantosas notas de preparación.