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El camino hacia la igualdad de la libertad no es fácil, y grandes costes y peligros marchan a nuestro lado. Estamos comprometidos con el cambio pacífico y no violento, y es importante que todos lo comprendan, aunque todo cambio es inquietante. Sin embargo, incluso en la turbulencia de la protesta y la lucha hay una mayor esperanza para el futuro, a medida que los hombres aprenden a reclamar y conseguir para sí mismos los derechos que antes pedían a los demás.