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Tus suposiciones son tus ventanas al mundo. Límpialas de vez en cuando o no entrará la luz. Si cuestionas las tuyas, no te apresurarás a aceptar las de los demás. Será mucho menos probable que te dejes llevar por prejuicios o te dejes influir por personas que te piden que les entregues tu cerebro, tu alma o tu dinero porque lo tienen todo pensado.