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No es mérito de los tristes que lloren, ni de los oprimidos y asfixiados que jadeen y luchen, ni de mí, que debo hablar por los oprimidos, que no pueden hablar por sí mismos.
No es mérito de los tristes que lloren, ni de los oprimidos y asfixiados que jadeen y luchen, ni de mí, que debo hablar por los oprimidos, que no pueden hablar por sí mismos.