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Cuando miro atrás, no recuerdo lo mejor de lo mejor. No recuerdo conciertos en estadios con 20.000 personas. Recuerdo pequeños conciertos en bares a los que no va nadie. Lo más raro de lo raro es lo que conservas.
Cuando miro atrás, no recuerdo lo mejor de lo mejor. No recuerdo conciertos en estadios con 20.000 personas. Recuerdo pequeños conciertos en bares a los que no va nadie. Lo más raro de lo raro es lo que conservas.