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Los humanos somos una especie joven, y mi pequeña vida habita en un lugar muy grande, donde las épocas pasan tan deprisa como la mangosta. Y, por extraño que parezca, cuando colocamos nuestras preocupaciones humanas en su propio y pequeño lugar, podemos dirigir nuestra atención por completo a las cosas pequeñas. A un grillo escondido en una grieta de lava. A los demás.