Autores:
  • En el estado de ensoñación, la mente y el alma se liberan para crear a su antojo, para imaginar vastos mundos que no están atados a la realidad sensorial, sino que se extienden, casi mágicamente, para tocar otras almas, otras personas y lugares lejanos, imágenes salvajes y radiantes que caen en cascada al ritmo del deseo del corazón.

    Ken Wilber (2007). “Integral Spirituality: A Startling New Role for Religion in the Modern and Postmodern World”, p.16, Shambhala Publications