Autores:
  • Escribir novelas es un oficio muy cualificado y laborioso. Uno no se sienta detrás de una pantalla a anotar conversaciones ajenas. Uno tiene como materia prima todas y cada una de las cosas que ha visto, oído o sentido alguna vez, y tiene que revisar ese vasto y humeante montón de basura de experiencia, medio ahogado por los humos y el polvo, raspando y hurgando hasta encontrar unos pocos objetos de valor desechados. Luego hay que reunir esos fragmentos deslustrados y abollados, pulirlos, ordenarlos y tratar de darles una forma coherente y significativa.