El único calzado que necesito es un par de zapatillas azules baratas. Tienen la parte superior de tela suave y la suela de goma blanda. Las compro una talla más grande para poder mover los dedos de los pies. Me siento tan libre como si fuera descalza. Y normalmente puedo hacer 1.500 millas con un par. Hay una razón por la que elegí el azul marino para mi ropa: es un color muy práctico, no deja ver la suciedad y el azul representa la paz y la espiritualidad.