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Les ordeno [a mis hijos] que nunca permitan que los motivos del interés privado o la ambición los influyan para traicionar, ni que los terrores de la pobreza y la desgracia, o el miedo al peligro o a la muerte los disuadan de afirmar la libertad de su país, y de esforzarse por transmitir a su posteridad aquellos derechos sagrados para los que ellos mismos nacieron...".