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Dudar de los propios principios es la marca de un hombre civilizado. No defiendas acciones pasadas; lo que hoy está bien, mañana puede estar mal. No seas coherente; la coherencia es el refugio de los necios.
Dudar de los propios principios es la marca de un hombre civilizado. No defiendas acciones pasadas; lo que hoy está bien, mañana puede estar mal. No seas coherente; la coherencia es el refugio de los necios.