Autores:
  • Un buen atleta puede entrar en un estado de conciencia corporal en el que el golpe o el movimiento adecuados se producen por sí solos, sin esfuerzo, sin ninguna interferencia de la voluntad consciente. Es el paradigma de la no acción: la forma más pura y eficaz de acción. El juego juega al juego; el poema escribe el poema; no podemos distinguir al bailarín de la danza. Sucede cuando confiamos en la inteligencia del universo del mismo modo que un atleta o un bailarín confían en la inteligencia superior del cuerpo.