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  • Las ideas son como semillas, aparentemente insignificantes cuando se tienen en la mano por primera vez. Una vez plantadas, pueden crecer y florecer hasta convertirse en casi cualquier cosa: un tallo de maíz, una secuoya gigante o un vuelo a través del océano. Cualquier cosa que un hombre imagine, puede conseguirla.

    Charles A. Lindbergh, Reeve Lindbergh (2003). “The Spirit of St. Louis”, p.288, Simon and Schuster