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Hace muchos años, Rudyard Kipling pronunció un discurso en la Universidad McGill de Montreal. Dijo una cosa sorprendente que merece ser recordada. Advirtiendo a los estudiantes contra una excesiva preocupación por el dinero, la posición o la gloria, dijo: "Algún día conoceréis a un hombre que no se preocupa por ninguna de estas cosas. Entonces sabréis lo pobres que sois".