-
No hay crimen más grande, ni más digno de castigo, que ser extraño y asustado entre los extraños y asustados; excepto la asimilación con el fin de llegar a ser extraño y asustado, pero aparte de su propio ser real.
No hay crimen más grande, ni más digno de castigo, que ser extraño y asustado entre los extraños y asustados; excepto la asimilación con el fin de llegar a ser extraño y asustado, pero aparte de su propio ser real.