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La oración y la vida santa son una sola cosa. Actúan y reaccionan mutuamente. Ninguna puede sobrevivir sola. La ausencia de una es la ausencia de la otra.
La oración y la vida santa son una sola cosa. Actúan y reaccionan mutuamente. Ninguna puede sobrevivir sola. La ausencia de una es la ausencia de la otra.