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Viejo como soy en edad, no tengo la sensación de haber dejado de crecer interiormente o de que mi crecimiento se detendrá con la disolución de la carne. Lo que me preocupa es mi disposición a obedecer la llamada de la Verdad, mi Dios, de momento en momento, por incoherente que pueda parecer. Mi compromiso es con la Verdad, no con la coherencia.