-
Cuando tenía 12 o 13 años, empecé a ver películas y a entender mejor el oficio, y eso me ayudó a desarrollarme. Pero también me parecía un juego, porque era divertido. Es decir, todos lo hacemos cuando somos niños hasta cierto punto: jugar a actuar. Pero luego me di cuenta de que es una forma encantadora de expresarse. Así que mi pasión por el teatro fue creciendo.