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No es bueno empezar pensando que uno es un genio nacido del cielo -algunas personas lo son, pero muy pocas. No, uno es un artesano, un artesano de un buen oficio honesto. Hay que aprender la técnica, y luego, dentro de ese oficio, se pueden aplicar las propias ideas creativas, pero hay que someterlas a la disciplina de la forma.