Un poco de ira justificada realmente saca lo mejor de la personalidad estadounidense. Nuestra nación nació cuando 56 patriotas se enfadaron lo suficiente como para firmar la Declaración de Independencia. Pusimos un hombre en la luna porque el Sputnik nos hizo enfadar por ser el número dos en el espacio. Enfadarse de forma constructiva es bueno para el alma y para el país.