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Ningún hombre puede hacer una obra grande y duradera para Dios que no sea un hombre de oración, y ningún hombre puede ser un hombre de oración que no dedique mucho tiempo a orar.
Ningún hombre puede hacer una obra grande y duradera para Dios que no sea un hombre de oración, y ningún hombre puede ser un hombre de oración que no dedique mucho tiempo a orar.