-
El corazón tembloroso de la bailarina debe armonizarlo todo, desde las puntas de sus zapatos hasta el aleteo de sus pestañas, desde los volantes de su vestido hasta el juego incesante de sus dedos.
El corazón tembloroso de la bailarina debe armonizarlo todo, desde las puntas de sus zapatos hasta el aleteo de sus pestañas, desde los volantes de su vestido hasta el juego incesante de sus dedos.