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La gente en general no sabe qué maldad hay en esta pretendida palabra de Dios. Criados en hábitos de superstición, dan por sentado que la Biblia es verdadera y que es buena; no se permiten dudar de ella, y trasladan las ideas que se forman de la benevolencia del Todopoderoso al libro que les han enseñado a creer que fue escrito por su autoridad. ¡Cielo santo! Otra cosa muy distinta es que se trate de un libro de mentiras, maldades y blasfemias.