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  • Cada vez que elegimos la acción en lugar de la tranquilidad o el trabajo en lugar del descanso, desarrollamos un nivel creciente de autoestima, respeto y confianza en nosotros mismos. A fin de cuentas, la mayor recompensa de cualquier actividad es cómo nos sentimos con nosotros mismos. No es lo que conseguimos lo que nos hace valiosos, es en lo que nos convertimos en el proceso de hacer lo que aporta valor a nuestras vidas. Es la actividad la que convierte los sueños humanos en realidad humana, y esa conversión de idea en realidad nos da un valor personal que no puede provenir de ninguna otra fuente.