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No hay mayor vocación en la Iglesia que la de un maestro a domicilio. No hay mayor servicio eclesial prestado a los hijos de nuestro Padre Celestial que el servicio prestado por un humilde, dedicado y comprometido maestro a domicilio.
No hay mayor vocación en la Iglesia que la de un maestro a domicilio. No hay mayor servicio eclesial prestado a los hijos de nuestro Padre Celestial que el servicio prestado por un humilde, dedicado y comprometido maestro a domicilio.