La ética de la Reverencia por la Vida nos impulsa a mantenernos mutuamente atentos a lo que nos perturba y a hablar y actuar juntos con intrepidez en el cumplimiento de la responsabilidad que sentimos. Nos mantiene atentos a las oportunidades de prestar algún tipo de ayuda a los animales en recompensa por la gran miseria que los hombres les infligen, y así, por un momento, escapamos del incomprensible horror de la existencia.