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Cuando los representantes del Señor nos llaman para servir en la iglesia, es natural que nos preguntemos por qué hemos sido seleccionados. El Señor ha dejado claro que cada individuo ha sido bendecido y dotado con ciertos dones y talentos. Y aunque hay muchos dones, sin embargo 'A unos se les da uno, y a otros se les da otro, para que todos sean aprovechados' (D. y C. 46:12).