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Muchas de nuestras amenazas son imaginarias. Los hábitos e incluso obsesiones que desarrollamos para mantenerlas alejadas son destructivos y minan nuestro estado de ánimo constantemente.
Muchas de nuestras amenazas son imaginarias. Los hábitos e incluso obsesiones que desarrollamos para mantenerlas alejadas son destructivos y minan nuestro estado de ánimo constantemente.