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Es igual de malo cuando uno acelera al invitado que no quiere ir, y cuando retiene al que se está apresurando. Por el contrario, se debe ser amigo del invitado que está allí, pero apresurarlo cuando lo desee.
Es igual de malo cuando uno acelera al invitado que no quiere ir, y cuando retiene al que se está apresurando. Por el contrario, se debe ser amigo del invitado que está allí, pero apresurarlo cuando lo desee.