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  • Si el corazón está entregado al espejismo del mundo, a la criatura en vez de al Creador, el discípulo está perdido... Por más que Jesús nos llame con urgencia, su llamada no consigue acceder a nuestros corazones... porque ya han sido entregados a otro.

    Dietrich Bonhoeffer (2012). “The Cost of Discipleship”, p.174, Simon and Schuster