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  • De alguna manera, los hombres impíos han desarrollado sistemas de organización que les permiten trabajar juntos en estados de relativa armonía y unidad, mientras que los hombres piadosos, negándose a admitir que estas estructuras organizativas son necesarias, viven en estados de caos y desunión. La tragedia de este hecho se hace evidente cuando nos damos cuenta de que muchos de los sistemas exitosos de organización bajo los cuales trabajan los hombres piadosos y que los hombres piadosos se niegan a aceptar, tienen una base bíblica.