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Un viejo pastor explicaba las manchas en los esquemas de sus sermones diciendo que estaban causadas por el sudor y las lágrimas. Y sin esas dos marcas, un sermón no es un sermón.
Un viejo pastor explicaba las manchas en los esquemas de sus sermones diciendo que estaban causadas por el sudor y las lágrimas. Y sin esas dos marcas, un sermón no es un sermón.