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La razón por la que los hombres malvados y los demonios odian a Dios es porque lo ven en relación con ellos mismos. Sus corazones se levantan en rebelión, porque lo ven opuesto a su egoísmo.
La razón por la que los hombres malvados y los demonios odian a Dios es porque lo ven en relación con ellos mismos. Sus corazones se levantan en rebelión, porque lo ven opuesto a su egoísmo.