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  • El poder del Espíritu Santo no puede ser aprovechado. Su poder no puede ser usado para lograr otra cosa que no sea la voluntad del Padre. No es un dispensador de caramelos. No es una máquina expendedora. No es un genio esperando que alguien frote Su lámpara de la manera correcta. Es un Dios santo.

    Charles Stanley (1995). “The Wonderful Spirit-Filled Life”, p.78, Thomas Nelson Inc