ACORN, como recordarán, es el grupo activista de izquierdas vinculado desde hace tiempo al organizador comunitario convertido en presidente Barack Obama. Esta organización sin ánimo de lucro, que en la actualidad obtiene el 40% de sus ingresos de los contribuyentes estadounidenses tras cuatro décadas a costa del erario público, tiene un historial de fraude electoral, chantaje a empresas, acoso partidista y cabildeo a favor de la inmigración ilegal. Las propuestas de estímulo de los demócratas podrían hacer que el grupo -y sus aliados ideológicos menos conocidos pero aún más radicales- pudieran optar a más de 5.000 millones de dólares en nuevos fondos públicos.