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Equivocarse al creer que la religión cristiana es verdadera no es una gran pérdida para nadie; ¡pero qué terrible es equivocarse al creer que es falsa!
Equivocarse al creer que la religión cristiana es verdadera no es una gran pérdida para nadie; ¡pero qué terrible es equivocarse al creer que es falsa!