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No se me permitía ser inteligente cuando era joven y rubia, pero ahora que tengo 50 años y soy una rubia vieja, se me permite tener seriedad. Con las arrugas llega la sabiduría.
No se me permitía ser inteligente cuando era joven y rubia, pero ahora que tengo 50 años y soy una rubia vieja, se me permite tener seriedad. Con las arrugas llega la sabiduría.