-
Por poco que el presidente Obama sepa o le importe la economía, sabe mucho de política, y especialmente de retórica política. El "tren de alta velocidad" no es más que otro juego de palabras para justificar la continua expansión del gasto público. También lo son palabras como "inversión en educación" o "inversión" en cualquier otra cosa, que sirve al mismo propósito político.