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Los agentes son escoria repugnante. Son malvados, divisivos e inútiles. Sólo sobreviven porque el resto del deporte es muy corrupto y porque los dirigentes de los clubes de fútbol emplean a sus hijos en este trabajo.
Los agentes son escoria repugnante. Son malvados, divisivos e inútiles. Sólo sobreviven porque el resto del deporte es muy corrupto y porque los dirigentes de los clubes de fútbol emplean a sus hijos en este trabajo.