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  • No critiques, condenes ni te quejes. Criticar, condenar y quejarse constantemente es lo que rompe la mayoría de las relaciones. En lugar de criticar y condenar, piensa cómo podéis resolver el problema juntos. En lugar de centrarte en culpar a la otra persona por lo que hizo mal, céntrate en cómo puedes evitar el problema la próxima vez.